MUSE, una
creación de María Fernández
Detrás de MUSE está María Fernández una persona que añade a sus larga experiencia y sus muchos conocimientos, la vocación por la música y por las personas. Porque es alguien que cree en el poder de la música y del arte. «Todas las personas somos seres intrínsicamente musicales», dice. Y la tarea que se impone en MUSE es la de lograr llegar allí donde está el alumno y acompañarlo haciendo que el camino del aprendizaje sea rápido y lleno de disfrute. «Utilizo la música para que los alumnos se conozcan a sí mismos, se expresen y sientan que la música les hace libres» María Fernández, creadora de MUSE Un proyecto con propósito MUSE es, ante todo, una empresa con propósito que quiere aportar a la comunidad. Una propuesta que se impregna de la personalidad de su creadora y de su manera de entender la música como un medio de expresión y comunicación y como una herramienta para construir un futuro mejor. Por eso MUSE se compromete con la AGENDA 2030 y los objetivos de desarrollo sostenible marcados por la ONU. MUSE garantiza una educació inclusiva, equitativa y de calidad y ofrece oportunidades de aprendizaje durante todas las etapas de la vida. MUSE adopta estos 3 de los 17 objetivos de desarrollo sostenible Algunos detalles más sobre mí Mi vocación por la música fue temprana y me llevó al Conservatorio de Valencia. Allí estudié ocho años de piano (con Mario Monreal y Carlos Apellániz) y cuatro de canto (con Enedina Lloris). Esa formación inicial fue fundamentalmente clásica. Yo le añadí posteriormente cursos de músicas del mundo, danza contemporánea, teatro, jazz y danza y percusión africanas, entre otros. Sí, reconozco que soy bastante curiosa e inquieta. Mi vocación social y mi pasión por la comunicación intercultural me llevaron a la Escuela de Idiomas, donde aprendí italiano, inglés y alemán. También pasé por la Facultad de Filosofía, de donde salí con un fuerte sentido crítico y un enorme interés por la antropología cultural. Casi en paralelo comencé a interesarme por la pedagogía musical, un aspecto que me cautivó definitivamente en el momento en el que asumí el reto de dar clases a personas con síndrome de Down. Diseñé mis primeros programas de enseñanza musical en 2004. Estaban dedicados a niños y niñas de escuelas infantiles. Luego llegaron los y las peques con necesidades especiales y la creación de diferentes modelos de talleres. Cantar, cantar, cantar. Acompañándome yo misma al piano, con colegas, con amigos. Ejercer como soprano es parte fundamental de mi profesión que siempre está ahí. He cantado ópera y jazz, barroco o música tradicional. Me trasladé a vivir a Berlín en 2012. Allí, además de mantener mi actividad como solista, me dediqué profesionalmente generar actividades musicales para personas con discapacidad. Y, si siempre había creído en la multiculturalidad, la ciudad me convenció de que es el mejor camino para un mundo mejor. Fue en Berlín, en 2020, donde MUSE dio sus primeros pasos. Traje el proyecto a España al año siguiente para hacerlo crecer y lograr que todos los beneficios que nos aporta la música lleguen a más personas. |