Tocar activamente un tambor exige que el niño escuche al terapeuta, que a su vez le escucha y toca para él. Este acto implica la coordinación física de una intención musical en el contexto de una relación. Esta unidad entre lo cognitivo, lo gestual, lo emocional y lo relacional es la fuerza de la musicoterapia activa para los niños con problemas de desarrollo.

Durante el tratamiento de los niños con retraso en el desarrollo es muy importante utilizar las terapias artísticas creativas, porque la intención de comunicar es llevada a una estructura para que la comunicación pueda lograrse como actuación. En el caso de la música, tiene la ventaja de la flexibilidad y se basa en las capacidades individuales de los niños, por muy limitadas que sean, son llevadas al ámbito mutuo de la relación musical con el terapeuta y, por tanto, están abiertas a la variedad y, por ende, al desarrollo.

La actividad de escuchar, en un contexto estructurado de improvisación musical, sin las exigencias léxicas del lenguaje, es una plataforma para la mejora comunicativa en la capacidad de formar y mantener relaciones sociales personales en otros contextos. Por lo tanto, la entrevista personal con los padres y cuidadores es igualmente importante para comprender los cambios en los niños. Tenían la expectativa de que sus hijos pudieran comunicar necesidades, deseos y emociones, y que ellos, los padres y los cuidadores, pudieran comunicar sus sentimientos a los niños.

El éxito de la integración social de los niños con retraso en el desarrollo depende de un entorno social sensible y adaptable, al igual que la propia secuencia de desarrollo.

Fuente: » UN ESTUDIO PRELIMINAR DE LA MUSICOTERAPIA CREATIVA EN EL TRATAMIENTO DE NIÑOS CON RETRASO EN EL DESARROLLO » Las artes en Psicoterapia.